11-03-2013
De nuevo me quedo bajo
el árbol, sobándome los costados
con versos que no son míos
que son obra del diablo.
Otra vez deje que ganaran
los que merecen la victoria
estremecí un paraje calmo, temblor.
Establecí un reinado,
si alguien sabe el movimiento
de los mares, ese soy yo.
Sinceramente aun con las nuevas formas,
con las nuevas ideas para torturar
solo deje a la marea invadirme.
Pocas cosas son para destruirse
con ternura, con calma,
despacio dejo a mi cabeza abrirse.
Bajo este cielo contaminado
nuestras vidas sucumben,
se convierten progresivamente
en un verso consumido.
Para los demás
no quedo mal parado,
soy un olvido pasajero.
Extermínense, si saben
como llegar a las estrellas,
seremos polvo en las lunas.
Tengo un plan, huir
con una persona
que se esconde detrás de un muro.
Más no soy culpable,
los que me condenan
son lo que están afuera,
ellos no comprenden
solo humillan la poesía.
Solo seré honesto
como brevedad y tragedia,
diciendo que no escondo mí deseo.
Dejo que mis manos, señalen el camino
dejo que todos corran por delante,
más no es persecución, es castigo.
El mundo, chiste, verso,
algo demasiado borroso
dejo a mis manos desviarse.
No hay figuras tristes,
no hay nada fuera de la ventana
solo un acto de escapismo:
La muerte.
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