Un segundo así no se desea,
se vive por lo alto del mundo,
se duele por cómo es la vida
y se desnutre por el instante,
escondida la arma nadie la mira,
tengo al deseo encadenado en mi llagas,
vacíos del mundo sobre mis hombros,
ahí solamente existen sombras
del pasado que no llega nunca ser.
Alguien extrae de mis venas
el líquido vital de mi vida,
tal acto, me pierde, me excita,
mis ojos ven al cielo y al viento
no hay nadie en las alturas
y solo se pierde lo momentáneo
a saber si es motivo divino,
o delicia el por qué no deja de fluir
de mi herida la sangre que hierve.
Sordera y furia contenida,
salto por la ventana, en la tierra
los hombres matan a palos a la vida
y de nuevo la sangre brota,
pero no de mí sino de otros
el caos de las burbujas,
el método del desprecio
Nunca deja de fluir las dimensiones,
como flores corto las cabezas
de los enemigos del día,
me concentro en que se puede hacer para matar,
mi sangre se oscurece en la noche,
no sé qué hacer para matar...me.