Bórrame del mundo,
déjame ser la mancha que era
porque eso es lo que seré
consecuentemente,
también quiero gritar que
veo el averno
pero al mirarlo me deja sin
hablar,
no hay pensamiento en mi
cabeza
y siempre fui chispa
incendiara
me he perdido entre mis
llantos
y he dejado atrás mi
preocupaciones,
más no dejo de llorar en las
noches,
sonido de ballenas en mi
cuarto,
así siguen los días,
aun bajo los escupitajos,
brilla mi podredumbre.
Bajo las nubes pero encima
del cielo
las gotas golpean los cráneos
abriendo el hueso, funciones
cerebrales
y fines adversos, como quien
busca dentro de si
el calor del verano, pero
acaba enlatando
sus emociones y varado en el
mar.
Brillantes esferas de luz
sobre el cielo,
la cuidad es acechada por
gigantes
tienen cuchillas y hogueras ,
más allá del mundo no
existen dramas
solo cosas que chocan sin
cesar
ruidos metálicos y contaminación
visual.
Vamos por ahí oliendo el
peligro peor no evitándolo
por qué no hay nada más
emocionante
que ser torturado bajo tu
piel,
seré puesto bajo océano ahogado
no por el agua si no por los
brazos
que me bajan al fondo
toco con mi pies la arena y
soy tragado,
ungido por la tierra,
convertido en materia.
Blandí mi espada de cenizas
frente a mi boca
y me dije solo he rozado la
roca,
que el mundo inicie en la
semana
que termine en sábado,
porque en cada segundo
mueren deseos
todo el mundo se crucifica
pero que se felicita
y siempre seré la piedra
angular de mis maldiciones
me he precipitado bajo la
tierra
y he dejado atrás mi
preocupaciones
más no dejo calcular las
distancias
por eso me alejo fugazmente
como estrella,
así siguen los eones, la
marcha del tiempo,
y me repito aún bajo los
escupitajos brilla mi podredumbre.