4 feb 2015

El oscuro pasajero

Todo lo que supuse ha pasado,
mis pensamientos son accidentes,
metal que se desprende
algo sin fin ni principio,
chispas por el metal retorciéndose
acercándose a la fundición.

Al lado de mi, el oscuro pasajero
sonriendo con sus dientes de perla
antes de ver su rostro prefiero la muerte,
un resplandor al salir del túnel
mi cuerpo se comprime,
tengo en cada mano
distintos caminos,
procuro no pensar en el dolor
solo dejar de realizar susurros.

Adoro el monstruo que soy,
un término, al final del día
un hombre clavado entre la vida,
me gusta oler mi sangre,
me gusta ser concienzudo
de mis males y de mis ruegos
se que yo soy el oscuro pasajero.

Pondré mis tripas
en la boca de dios,
que las muerda suavemente
sus colmillos dejan una marca,
una mancha blanca me invade
y deseoso de saber mi nombre
y dejar de ser una sombra
correcta y distrayente.

Tejidos rasgados, nervios expuestos,
el metal entra en mi carne
puntas calientes saliendo de mi piel,
carne que no soporta el calor
burbujas y se revienta mi vientre,
el oscuro pasajero se mece y sonríe.

Partes de mí que no existen,
solo referencias a lo que es perder
la cabeza, el sol, el norte,
entre mas nado contra la corriente
mas cerca me hallo de la destrucción,
finalmente, esta es la paz que no merezco
pero por la que he luchado,
acallar la voz de la abominación que soy,
ejecutor que ha sido borrado.