20 feb 2017

Prometeo en la jaula del león

Llevo el sol en mi cañaheja,
en mi espalda un gran peso
pero en mis labios una oración
honrada en todo sentido,
los dioses se abalanzan
sobre los huesos de las ofrendas
no merecen más que eso,
por este engaño digno de magos
fue negada la luz a la tierra,
yo resolví subir al Olimpo
y tomar a la fuerza
lo que nos hace bendecidos,
yo merecí entonces
que mi hígado fuese arrancado
en un jugueteo de milenios,
mis anillos puedes verlos
son una roca y una boca
de león hambrienta,
no los llevo para mostrar
opulencia o querer gloria,
es lo que queda de mis castigos
así como quedarme un tiempo
dentro de la piel
de la águilas del acantilado,
y no poder deshacerme
de este olor a carne quemada
tengo en mis manos barro,
y los he formado
para darle lo que he robado,
sin ustedes sobre el lodo
no hay forma de crear
las columnas para adorarme,
donde quedan antorchas encendidas
y azufres apagados,
ni las serpientes podrán
acercarse y las ciudades,
guardaran su calor para siempre,
ya no son naturaleza inerme,
yo robe para ustedes,
las artes y el fuego,
por eso huyo lo más rápido
llevando tras de mi guardias,
y quemaduras en mis manos
yo soy Prometeo y por ustedes
robo a los dioses y me pongo
en la jaula de leones,
que podrían destrozarme
pero igual que con las águilas
no sería tal cosa,
y tendría castigo para la eternidad
pero a cambio tendrán una forma
de sobrevivir contra las fieras.

4 feb 2017

Creador de susurros

Mostré mis ojos a Calíope
lamio mis cuencas, toque su piel suave,
nos fundimos en un mismo ser,
poesía es aquello,
que tiene una cabeza para ser cortada.

Prometo tener fe en lo imposible,
declaro inaugurado el festival
de la náusea, de la caída,
de la desesperanza que se cuela por el techo,
el sol no brilla para el hombre,
el sol existe para realizar una danza cósmica.

Cansado estoy de pensar en recuerdos,
cansado estoy de reencontrarme
con eso que siempre ha estado,
hare un último esfuerzo
abandonando mi forma humana
siendo energía que no se desprende del núcleo.

Encalle en mis propias palabras
deje una secuencia de pensamientos crueles,
de hombre que ríe, de propuestas diversas
pero con finales iguales,
 
hay algo muerto que acaricia mi mano
hay algo asfixiado que no me deja ser humano.

Hay espejos que muestran mi hastió,
por el miedo, por mostrar mi cara herida,
por qué una máscara no cubre
mis ojos, sellados para no admirar
la realidad como es en su esencia,
desfortuna que genera pesadillas.

Labios de luna, deseo carnal existente,
quien pone el libido como un proyectil
es quizás quien descansa sobre la noche,
hay un creador de susurros escondido en la maleza
hay un detonador en la palma de mi mano,
quien descompone la verdad, es creador de las nuevas mentiras