13 ene 2013

Atracción gravitatoria hacia S.N.

Que despierte mi lujuria, la percepción de mundos
Irreales, así frente a mi queda a mi merced
lo que nos convierte en mortales, tales deseos no llegan
nunca a tocarse, suave piel y desgarro, lo que llamamos
pasión o desenfreno manía, saciedad, temor en los ojos
de quien arrodillado queda, temblor en sus labios
 cada comisura espera, expectante el poder de lo que soy.

La bestia, ser de mil caras y expresiones, saca su lengua
deseo, que desorbita su pensamiento, lo nubla,
pero no así sus movimientos, raudo, esperando
lo que por derecho es suyo, él no tiene temor de lo inesperado,
o y despierta claro, porque no puede permanecer dentro,
explota porque está claro que es el momento.

Las venas se dilatan, fuerza, poder lo que explota
lágrimas en las mejillas, desesperación por poseer,
el cuerpo se envuelve en un extraño ritual, es demasiado,
tanto placer, se vuelve un acto tan doloroso,
y yo acaricio la piel buscando cortarla
mis uñas entran, las venas se abren y sangra.

Los labios se contraen el ritual del beso,
soy el verbo que es sexo y el sexo que es acción,
todo aquello que encarno es contrario a lo que quieren
que represente, pero no lo evito, saboreo
al universo y me siendo atraído por esa fuerza gravitatoria,
despejado el camino hacia lo superior del nunca más.

Y yo pido ser atraído hasta este monte,
veo a lo lejos venus y constelaciones, incluso ellas saben
que sin dolor no prolongada armonía, se acerca el calor
se funde con el de mis adentros, gota a gota soy miel
y mi cuerpo siente como se inunda de esto, lo único que no puedo resistir.

Soy domador de la galaxia, no evito el deseo, soy el deseo,
inmortal, titán, me han llamado de muchas formas,
soy una imponente esencia más me siento atraído a este lugar
a esta forma de entenderla vida, un grito que desgarra la línea,
intenso el universo se deja caer, luego silencio, solo cuerpos
sobre la arena rogando por cinco minutos más.

Así es como sueña la noche, así como descansa el día,
impacientes por tocarse, solo un instante, como una suave brisa,
que despierte la lujuria pues porque no puedo evitarlo,
que el sueño se funda con lo natural,
es deber el amo, no ceder ante lo que existe y solo
existir ante lo que posee,
agonizo al día, y rejuvenezco en la noche,
pero algo en mi jamás cesa,
esa misma lujuria que me despierta,
mi aliento es vida y no muerte.