25 ago 2014

Valles de condenados

Arrastre mi cuerpo
por la calle, exhibiendo mí desnudes
las moscas se posaron en mis ojos,
me convertir en la putrefacción
para que el viniera a mi,
sin alas, pero con belleza absoluta.

Que se enrosque en mi cuello,
con su veneno, bendiga mi senda,
hacer la voluntad del caído
con la conciencia negra.

Así alimente a los pestilentes
convirtiendo las piedras en panes,
por que de mi boca no salen ya palabras,
si aquello de lo que vive el hombre:
Su propia naturaleza proterva.

Así subiré a las alturas
abrazados de ángeles nocturnos,
por que así lo dice el derrotado:
“Subid hasta el cielo
y no tropieces con el mundo
toca con tus uñas sucias el universo
pero no te dejes ser tocado.”

El se postro ante el señor de la puerta de Rodin,
el mundo dejo de ser cuestión de percepción
puesto cuando entregas las llaves del reino
lo haces por entero, por ello
yo arrastre mi nuevo cuerpo por la calle,
mis escamas tocaron el polvo
convertido en lo que debo ser,
dejo muy lejos detrás de mí
valles de condenados,
por no creer en las palabras
del que exhala moscas cuando habla.

Que se enrosque en mi cuerpo,
ah llegado su excelencia al trono de piedra,
haced realidad la voluntad del caído
por que así esta escrito en el firmamento.