Vísceras, mis pedazos
de mi hipotético yo,
surgiré de la noche en calma
dejando mi cuerpo muerto en la puerta,
tratando de averiguar donde esta la luna,
urgencia para sentir,
lo que soy, endemoniado o no.
Cada trozo de mi inocencia,
despertar en el sofá
cubierto de mi propia sangre
como un animal que aúlla
pero no emite sonido alguno
para tomar a su presa,
o bien se queda acostado
suspendido en el frio
esperando un resplandor.
En voz alta llamo a mis demonios,
perder el equilibrio como en un juego,
elegancia que sale de mis parpados
se entre cierran miles de mariposas nocturnas
saludan a mi yo, a mí lastimado yo.
Cortar y rebanar,
como ese animal enfermo que por dentro
bufa y con sus garras toca
mi parte interna, mi miedo
como aurora y luces de colores
navideñas, me quedo sentando
sobre mi saco de carne y piel,
mi culo en la silla,
mi pensamiento en querer sangre
aunque claro eso signifique
que sea la mía.
Mi ser lastimado ira a su refugio,
paseara entre las sepulturas
de sus otros compañeros
pero solo siento mis parpados, pedazos
como un muerto que viaja por la intra
mi sangre recubre mis ideas
y dejo de intentar luchar
contra mi maldad, no hay nada
que me ate al mundo, ahora los puedo destruir.