Me levantare del abismo,
dejando mis manos entre las rocas,
cada palabra, en contra de lo que busco
es una respuesta en favor de la destrucción.
Dormí dentro de mi cabeza a la bestia
de los pasados infelices, pero cada vez que
cortaba
un hilo de él surgían como víboras más bocas,
me di cuenta que yo mismo era un hidra.
Lejos que queden de mi mis manos,
no quiero tocar mi pecho herido,
un atardecer que es eterno, ser seducido,
por esa naciente cabeza de reptil,
si me he de convertir en algo que no siente,
seré un ser humano sin nada dentro.
¿Si dijera que no reconozco mi cara
en los espejos de mi interior?
sé que eso cambiaria lo que se supone debo
ser,
el mal esta entre los cuerpos,
separaciones de piel en piel,
yo cosecho los miedos,
míos y de los demás
hasta conseguir extinguir
todo lo creado en la explosión.