13 ago 2012

Balún Canán


Lazos que me ahogan,
me hunden en mi silla,
miro arriba de mí
solo negrura y estrellas
volando unas sobre otras,
como un enjambre de
abejas embrutecidas por el amor.

Musitaremos al viento
las cosas, el secreto,
el aprender a fumar
esta vida con calma
y sin llegar a consumirla,
el sol se fue, engañado,
yo fumo en papel de arroz
las nueve lunas del cielo.

Este poema me lo dedico a mí
con sus puntos y comas
con su distribución erótica,
por aquí unos labios
por allá un rosario,
drama, así se lo debería llamar
a toda existencia,
a toda obra poética,
a un lapso de palabras
que en conjunto chillan
ciegas y dispersas,
abejas embrutecidas de nuevo.

Cerré todas las ventanas,
el horror salió de esta casa,
por ello Alá no vive aquí,
por ello no miro atrás,
fuera de mis torturas
pero dentro relicarios de oro,
dentro fumo en paz
las nueve estrellas del cielo.

Sudor sobre la lírica perfecta,
borro recuerdos felices
con mi suprimidor cósmico,
bebo entre extraños
lo que hago es fumar
entre ellos mi esencia,
las nueve estrellas del cielo.