Quedo hundido en el barro
no avanzo hacia los soles,
quedo atascado en las cosas que pienso
pero no actuó, como una palabra defensiva
que no hace su trabajo,
solo quedado hecho pedazos.
Es mi voz que choca con la tuya
es la estampa de lo perdido,
agujeros cósmicos que tragan mi humanidad
y seres que me miran desde lejanos lugares
que me dictan que todo acaba en soledad.
Despertar entre la marea de seres vivos
te golpea en la cara y te das cuenta
que no eres más que un alfiler,
una simple punta y un filo,
un simple humano que queda al revés,
pareciera que hundirse es ahogarse
pero en realidad es saber más de uno.
Fuegos internos que queman la carne,
disfruto morir en la satisfacción
amover mis pensamiento
hasta llegar a estar en blanco,
no pensar, no existir, difuminarme en la esencia.
Ahí estas con tus dedos apuntando a la luna
con tus punzantes recuerdos contra mi cosmos particular,
me has hecho cenizas, no hay fuego en mi interior
derrotado, lamo tu piel para olvidar
de mis desastres y de mi propia ingenuidad.
Humo son mis recuerdos entre cosas que no encuentro
y mis sacrificios cotidianos por conseguir
todo aquello que se me prometió alguna vez,
soy un ser abyecto que rema contra la naturaleza.
desafía a la lluvias torrenciales
y gira sobre su eje para morir bajo sus reglas.
Entre destino y yo
solo hay leyes rotas,
quiero arrancar las definiciones y los significados.
guardo la lanza en mi costado,
guardo la esperanza como algo para ser odiado.
Guarda la fe porque en esta tierra no ocurren milagros.
Quedo suspendido en el aire,
mi maldad choca contra la tuya y se desgastan,
se dejan llevar cuesta abajo los que duermen
porque ya no hay forma de calmar el ardor,
no hay forma de llegar hasta ese astro
para rehacer las cuestiones primordiales,
por qué me queda claro varias cosas
pero una como una regla universal
Entre destino y yo
solo hay leyes rotas.