El hombre se alimenta
del hombre, ondeando al aire
su bandera ensangrentada.
Confrontación y prolongación
de la dicha a través
del mito del consumismo,
los tiernos brotes de la mediocridad
se enrosca en nuestras manos,
la elección no conlleva sufrimiento
si no suposición de todo pensamiento
la regresión del que sufre,
es la supresión de toda humanidad.
Esqueletos dispersos por todo el cuarto,
algunos tienen lanzas con veneno
para los inoportunos.
Lo inmoral ha llamado
a la muerte de todo sistema,
no negación de la pulsión,
mucho menos alabanzas al instante,
quien pronuncia la palabra
debe repetir como un ritual
la observación de la nada,
la vuelta al valor olvidado.
El altruismo debe ser eliminado
todo aquello que significa
ser un hombre es innecesario,
todos aquellos despreciados
por su talento, esfuércense
no en conseguir consagración
si en pisotear a quien ya los aplasta,
eso es necesario para el bienestar de la humanidad
debemos desarrollar egoísmo.
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